Sensaciones

Cruje,

la siento crujir debajo de mis pies.

Presiono más,

la escucho desbaratarse, volverse polvo.

Levanto la bota y veo como el viento se lleva lo que antes era una hoja.

Mi bota se parece a ti, haciendo polvo las hojas muertas que hay en mí.

Tu voz es el viento que eleva mis miedos, mi más remotos sueños caducos.

Sabe dulce,

sabe a 12 abejas preparando 4 ml de miel.

Sabe a tus ideales, sabe a mis ansiedades.

Sabe dulce, fuerte, denso, sabe a futuro

sabe a lo eterno.

Deslumbra,

muevo el dedo índice y desaparece.

Lo vuelvo a mover 1 cm y reaparece.

¿Quién se esconde con un dedo del sol?

Arden los ojos,

verlo de frente produce escozor,

me recuerda cuando te veo.

¿Quién se puede esconder de tu mirada color sol?

Escucho el vaivén de las olas,

el mar suena furioso,

como si quisiera arrancar algún dolor de sus entrañas.

Me recuerda a la voz de mi alma,

rugiendo cuando te veo marchar.

Porque separan más las emociones que los kilómetros.

Acaricio tu hombro tal como lo hace la brisa del mar,

mi cabello baila, golpea mi cara y ondea en mi espalda,

como la bandera de los colonizadores.

Así como yo, entrando triunfante en tu cuerpo,

la sonrisa de quien ha ganado las llaves de un universo, infinito y complejo.

Percibo el murmullo de las cigarras, parecen contentas.

Se susurran promesas, se sirven de un festin.

Cantan como si esta noche fuera de completa algarabía.

Como si la lluvia fuera su instrumento natural favorito.

Me adormecen,

como si pudiera escucharte cantarme

como si estuvieras aquí mojándolo todo de calma.

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Pero no estás, sólo estoy yo.

Las cigarras, el mar, las hojas crujiendo.

esperando, viendo constantemente hacia el puerto.. esperando verte llegar.

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